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Origen

La palabra celta significa, originalmente, "héroe". Se presume que el origen de la cultura celta se remonta al año 2000 a.C. (fin de la Edad de Bronce) y ya que se trataba de un pueblo predominantemente guerrero, que dominaba el hierro, lograron extenderse por el centro de Europa, las Galias, Britania e Iberia, transmitiendo idioma y costumbres a todas las poblaciones conquistadas.

Los célticos (en latín, CELTICI, que significa celta) es el nombre dado a los celtas que habitaban en la zona del Alentejo occidental, en el sur de Portugal, el sur de la provincia de Badajoz y el norte de la provincia de Huelva formando la zona occidental de la Beturia: la Beturia Céltica.

Territorio de la Península Ibérica comprendido entre los cursos inferiores de los ríos Guadiana y Guadalquivir que a partir de la II Edad del Hierro fue habitado por dos pueblos de orígenes distintos, al Oeste los Celtici (célticos), indoeuropeos, y al Este los Turduli (túrdulos).

Las poblaciones de los célticos en Lusitania eran Lacóbriga, Caepiana, Braetolaeum, Miróbriga, Arcóbriga, Meribriga, Catraleucus, Turres, Albae y Arandis.

Durante los siglos VII al II a.C. Comienzan a llegar oleadas de Celtas Hallstat centroeuropeos a la Península, ocupando la zona norte y noroeste, la Meseta, Sistema Ibérico, llegando hasta el Sur de Portugal, Extremadura y Huelva probablemente en distintas oleadas diferentes en el tiempo, y mezclándose en mayor o menor medida con los pueblos anteriormente establecidos en dichas zonas, según el grado de despoblamiento de las mismas.

Antes de la llegada de los pueblos celtas Hallstat centroeuropeos (siglo VII a.C) al principio de la segunda Edad del Hierro, el Arco Atlántico durante la Edad del Cobre y la primera Edad del Hierro estuviera poblado por anteriores pueblos indoeuropeos, que también podríamos llamar de “cultura céltica”, “protocéltica”, o bastante similar, debido al propio carácter indoeuropeo de los mismos.

Con la llegada a estas tierras de los celtas Hallstat centroeuropeos, tras la caída de Tartessos, los pueblos autóctonos, en decadencia, se funden con los recién llegados. A estos nuevos pueblos los romanos les llamaron “celtici”, pudiendo ser una traducción de la palabra griega “keltoi”.

Los Celtas Beturienses (celtici) la habitaron, llamando a esta comarca "Campo o Sierra del Andévalo", cuya nomenclatura la tomó del gran cerro a cuyos pies hoy se encuentra Cabezas Rubias (Huelva). Allí existió un templo dedicado a la deidad "Endóvelo" o "Endovélicoo".

Cartaginenses y romanos hicieron suyo el lugar por su ya mencionada situación estratégica. Concluidas las "Guerras Púnicas" y vencidos los cartaginenses, los romanos comienzan la romanización de la zona, algo que realizan sin muchas dificultades al encontrase un pueblo con un bajo nivel cultural y social. Poco a poco fueron influyendo en la vida de los indígenas y poco a poco fueron cambiando sus tradiciones. Aquellas gentes, acostumbradas a la vida libre del campo, hubieron de convertirse, en su mayoría, en esclavos usados en las extracciones de minerales o en las labores agrícolas en las posesiones de los ricos patricios y muchos de ellos pasarían a engrosar las temidas legiones romanas y participarían en la conquista del Imperio.

la comarca se le conocía con el nombre de "Baeturia Céltica", cuya población estaba compuesta por razas procedentes del pueblo celta, llamándose a esta raza "los celticis" o “celtas beturienses”.

La religión ocupaba un lugar primordial en la vida de los indígenas “baeturienses”. Entre sus divinidades existentes antes de la romanización destacaban los dioses “Endovélico” y “Ataecina”.

El primero, según algunos historiadores, estaba representado por la figura de un jabalí, a veces acompañado en las inscripciones de una palma y una corona de laurel. Era un dios infernal para unos y el dios de la medicina para otros. Daba oráculo a los enfermos y estos debían de pasar una noche en el templo donde se les aparecería en sueños el dios y les indicaría cómo deberían curarse. Se les ofrecía sacrificios de cerdos. Para otros historiadores Endovélico tenía forma de águila”.

Los célticos llegados de la Lusitania son oriundos de los celtíberos y ello se manifiesta, por los ritos religiosos, por la lengua y los nombres de los Oppida". Cuando vieron estas tierras no dudaron en establecerse en ellas y construyeron una ciudad que llamaron NERTÓBRIGA, que significa "Castillo fuerte", "Altura fortificada".

Los restos arqueológicos Celtas hablan de una ciudadela de planta rectangular situada en la parte más alta del cerro. En la muralla construida con sillares de estructura muy endeble y torpemente labrados, se disponen una serie de torres cuadradas de carácter defensivo”.

Hermandad cultural y de pueblo entre los Keltoi del suroeste y los Keltoi del noroeste, extensible a todos los pueblos lusitanos. Este pueblo del oeste peninsular estaba en relación cultural y comercial con todo el arco atlántico “orla atlántica” durante la Edad del Cobre y la Edad del Hierro. Características primigenias indoeuropeas de estos pueblos y en estrecha relación cultural con los celtas Hallstat, “celtas propiamente dichos” que llegaron posteriormente a la Península durante la segunda Edad del Hierro.

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Autodeterminación

El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación:es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad.

La libre determinación está recogida en algunos de los documentos internacionales más importantes, como la Carta de las Naciones Unidas o los Pactos Internacionales de Derechos Humanos.

También numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU hacen referencia a este principio y lo desarrollan: por ejemplo, las resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) ó 2625 (XXV).

Es un principio fundamental del Derecho internacional público y un derecho de los pueblos, que tiene carácter inalienable y genera obligaciones para los Estados. Incluso, de acuerdo con muchos autores, la libre determinación ha devenido norma de ius cogens.